¿Estás teniendo conversaciones efectivas?

Las instancias de conversaciones son difíciles en todo ámbito y con ellas vienen asociadas ciertas resistencias personales. ¿A quién no le incomoda un “tenemos que hablar”? La cuestión es que una instancia de feedback no debe ser una conversación en busca de culpables ni de confrontamientos, no debe buscar marcar solo los problemas ni tampoco es una instancia donde debamos sentir que nos atacan. A mí personalmente me costó tiempo sentirme cómoda planteando estas instancias o recibiéndolas.

El feedback debe leerse como una herramienta que nos posibilita generar valor para ambas partes. Las conversaciones son poderosas porque, por un lado, nos permiten mejorar el diálogo con las personas y articular acciones con objetivos. Por otra parte, las conversaciones son un canal de información poderoso y nos permiten potenciar nuestro desarrollo personal y nuestra motivación. Es claro que el diálogo, entonces, es clave para producir cambios.

En resumen, sea cual sea el entorno en el que nos manejemos, las conversaciones son poderosas para quienes participan porque brindan herramientas que permiten mejorar nuestro autoconocimiento, poner en juego nuestra capacidad de autocrítica, mejorar las relaciones interpersonales y manejar de otra forma los conflictos, además de descubrir oportunidades para desarrollarnos y mantener la motivación.

Diálogos con objetivos claros

Para quien quiera iniciar una instancia de feedback es importante primero tener en claro su objetivo. Puede ser:

• Alinear los esfuerzos de un trabajo en conjunto.
• Comunicar las actitudes esperadas.
• Aclarar prioridades.
• Definir un plan de acción.
• Realizar una retrospectiva conjunta.
• Reconocer esfuerzos y cambios positivos.
• Transmitir expectativas y metas.
• Ayudar a potenciar habilidades y competencias.
• Crear cultura.

Para quien recibe ese feedback es importante que se lleve algo valioso de esa conversación. Los beneficios pueden ser:

• Saber qué esperan de uno.
• Hablar con sinceridad.
• Examinar problemas y obstáculos.
• Aprovechar para preguntar, sugerir o hacer pedidos.
• Pedir que se aclare información.
• Expresar expectativas, inquietudes, proyectos personales.

Ahora bien, ¿qué hace a una buena conversación?

El feedback como herramienta es realmente efectivo cuando es continuo, porque no se limita a instancias puntuales o formales, y oportuno porque se realiza cuando es necesario. Hay otras claves a tener en cuenta:

1. Debe reforzar la mutua comprensión de los objetivos o de lo que se espera.
2. No solo debemos focalizarnos en los “qué” sino en los “cómo” para detectar los obstáculos o problemas y encontrar formas de mejorarlo.
3. Siempre motivar a que puede mejorar.
4. Promover la sinceridad, la autonomía, ayudar a resolver cuestiones y a que las personas puedan desarrollar competencias y mejorar habilidades.
5. Involucrar a la otra persona constantemente, generar un compromiso en conjunto.

Parte de las habilidades que se ponen en juego en estas instancias son:

• La constante escucha activa.
• Generar preguntas y observar actitudes de la otra persona.
• Demostrar siempre el respeto a la otra persona y empatizar con lo que siente.
• Todo eso no será posible sin un compromiso con esta conversación.

¿Qué buscamos a la hora de tener estas conversaciones?

Hacer entender hechos y el efecto de su impacto (sean positivos como negativos). El feedback no es una herramienta que se enfoca en personalidades, sino en comportamientos. Puede servir tener en cuenta que:

• Hay que ser objetivos, aclarar y describir situaciones específicas de comportamiento.
• Aclarar cuál es el impacto de esos comportamientos, cuál es la interpretación subjetiva que hacemos al respecto;
• Impregnarles valor, re-transmitiendo el impacto que un comportamiento puede tener no solo en otras personas sino para uno mismo;
• Pensar en conjunto estrategias de mejora y cuáles serán las acciones concretas.

Conversar, hoy en día, es una de las cosas que más disfruto, incluso cuando son un desafío en grupos o equipos de trabajo. Lo disfruto porque sé que es una instancia que me permite conocer más a la otra persona e incluso donde se generan nuevas ideas y cambios positivos.

No olvidemos que no estamos conversando cuando:

• Le bajamos línea a alguien.
• Damos indicaciones.
• Compartimos información.
• Es unidireccional.

Sí estamos conversando:

• Cuando se generan preguntas.
• Escuchamos a los demás.
• Generamos confianza para la sinceridad.
• Cuando damos seguimiento.

Hay muchos tipos de conversaciones y no deben tomarse a la ligera, debe ser instancias pensadas, no motivadas por el impulso del momento porque ante todo son conversaciones humanas en las que debe todo el tiempo cuidarse a la otra persona.

¿Te interesaría conocer algunas herramientas de feedback concretas?